I
Una vez, mi amigo Remberto consiguió permutar para el Vedado, obtuvo un apartamento mediante estas permutas múltiples que hacen que un antiguo caserón habitado casi siempre por una anciana se convierta en tres pequeños apartamentos, un cuartucho, una moto desvencijada, tres mil pesos y una gallina, la anciana casi siempre se pierde por el camino.
Al Rembert le tocó el mas pequeño de los apartamentos, cuando fue a protestar le metieron la gallina en la boca y al parecer termino aceptando. El piso en cuestión era un cuchitril de cuarenta metros que nos hizo mas feliz que un palacete medieval, tenia dos habitáculos, uno hacia de salita y tenia una pequeña cocina , el otro era el dormitorio con un bañito y un magnifico armario closed-vestidor con puerta y todo, que servia no solo para guardar la poca ropa que teníamos sino también para escondernos y hacer lo que fuere o fuese. Lo mejor de todo era un balcón bastante largo con vistas a la calle Línea y desde donde se podía ver un cacho de mar y una ciudad hecha cachos.
Por esa época, mi chica, que era una de las mas bonitas de Cuba, y yo vivíamos en su casa, también muy bonita, pero de un día para otro me dejó, y me vi de repente en una de las mas bonitas calles, de una de las mas bonitas provincias de Cuba, que todo el mundo sabe que es el país mas bonito del mundo, aunque esta todo muy dejado.
En fin, que como lo veía venir, ya me había hecho un hueco en casa del Rembert, así que nada mas entregarle las llaves nos fuimos a ocuparla, Remberto la gallina y yo. Nada más entrar y dejar a la gallina en la cocinita para que se fuera haciendo una idea, empezamos a planear la fiesta de inauguración.
Durante esa mañana nos ocupamos de la decoración, algo moderno y que permaneciera, como no había pintura y las paredes tenían hasta dibujos rupestres, decidimos terminar de pintorretearla con plumones, que es como llamamos los cubanos a los rotuladores. No quedo mal, era algo así como entre
La casa apenas tenia muebles, una cama que se plegaba en la pared de la salita y se convertía en algo como un mueble bar sin bar, una cama en la habitación y un mueble que no se si llamar tocador con un espejo desgastado y mustio que parecía reflejar las imagines de cincuenta años atrás. Trajimos un par de macetas y la base de una estatua de mármol que nos robamos del parque Central con la complicidad de un guaguero borracho que desvió de su ruta la guagua para dejarnos en la puerta.
El aspecto general del edificio era de posguerra : una construcción de principio de los cuarenta que debió ser moderna y para la clase media alta de la epoca, pero por entonces parecía una especie de panal y además, cada vecino le había hecho alguna transformación y entre tabiques cambiados de sitio, barbacoas e ilegales extensiones de apartamentos simbioticos, resultaba un laberinto de pesadilla. Aun así, viví allí los mejores momentos de mi vida.
Tenia un ascensor que parecía de Hitchcock , no se si hay algún ascensor en sus películas, pero si fuera así, seria igualito a este, pequeño, mustio, oscuro, y ademas tenia la manía de atascarse donde no había rendijas para el aire. Además, siempre que se trababa te quedabas encerrado con el hijo esquizofrénico de la presidenta del comité y nunca con una de las dos vecinas buenas.
Lo peor del edificio aunque luego eso cambio mucho eran los vecinos, o mas bien seriamos nosotros, la cosa es que no pegábamos nada. Cuando empezaron a aparecer por allí nuestros amigos, se podían sentir las miradas a través de las paredes, claro que estos eran una invasión alienígena para una vecindad con un promedio de edad de 78 años, contando a un niño poseído llamado Luis Alberto, la vecina buena y una jovencita con todo grande (boca, ojos , tetas , culo) alta y maleducada lo cual la hacia mas apetecible, lo siento, pero al recordarla me parece verla venir por el pasillo con ese tumbao chancletero que de tan sinuosa y vulgar me hacia salivar, era como una bailarina del vientre medio borracha, tenia un nombre solo posible en Cuba , Migdirais creo.
La fiesta de inaguración tenia que ser esa misma noche pues ya se había entrado media farándula de
Nos fuimos a buscar futuros invitados para que participaran en una colecta y después de separan las arandelas, chapas y medallitas de cobre teníamos como ochenta pesos que mas que gastarlos los invertimos en un problema llamado chispa de tren, también unas amigas trajeron una ensalada de macarrones, piña , mayonesa y no se que mas, con eso y lo que iban trayendo los invitados (casi todo alcohol de farmacia y barbitúricos) cerramos el menú.
II
La música no era un problema, con un viejo walkman amplificado a través de un aparato destartalado que sonaba muy alto y muy mal, hicimos el sound system, yo era el discjockey de los mugrientos cassetes y a las siete de la tarde empezó a tronar aquello y a balancearce el edificio.
Empezamos por lo que era novedoso para nosotros , como éramos bastante rockeretes y eran tiempos Grunge pusimos Nirvana, Sound Garden, Spin Doctors, Pearl Jam, Red Hot Chili Peppers y como una plaga fueron llegando los bailadores.
Alli se reunio la quintaesencia del Habanerismo mas freake, un montón de semi-ilustrados de barrio, funcionales analfabetos de
Nuestros vecinos se encerraron y aguantaron la respiración mientras pudiéron , aquellas hordas de ángeles y demonios unidos por la sed de jolgorio y evasión subían cantando por la escalera y se iban comprimiendo dentro con esa practica que nos caracteriza a todo aquel que haya viajado en guagua.
La música a esa hora era un poco mas ecléctica, era la hora de James Brown, Gipsy Kings, George Clinton y Funkadelia, los Van Van, y Perez Prado. Luego al comprobar que en tan pocos metros no se podía bailar fingimos un apagón y se fueron los mas aburridos, era la hora de Los Papines, Mano Negra, Bob Marley, Oscar D´Leon y Public Enemy, Luego las novedades que eran otros cassetes grasientos que se sacaban del bolsillo la gente en este caso unos italianos, recuerdo a unos tales Papa Ricky, y a Adriano Celentano, creo que tambien Zucchero y cosas asi.
Durante la fiesta paso de todo como siempre, unos se enamoraron, otros se separaron, estos se juntaron con otros y otras, alguien vomitó sobre alguien, pero todos bailaron sobre la cabeza de los vecinos de abajo, que si no hubiéramos sido tan raros para ellos hubieran subido a protestar ¡pero que va! No había cojones.
Entonces como un castigo para estos malsanos pecadores que éramos se fue la lúz , esta vez en serio. Duró poco pero lo aprovechamos bien estuvimos bailando alrededor de un cubo de basura al que le dimos fuego y entre …Come on baby Light my fire,…que le den candela,…fuego bomberos se quema la trocha, y otros himnos de borrachos pirómanos. Cuando se llenó todo de humo salimos al balcón y tiramos papeles encendidos para la calle mientras aporreábamos las cacerolas en plan guanguancó , todas nuestras fiestas acababan con la policía pero no se como para esta tardaron tanto.
Vino la luz, se habían comido a escondidas la ensalada de pasta usando los cassetes como cucharas, alguien le había dado un mordisco a la chancleta de ibis y parecía una de esas tablas de surf atacadas por un tiburón blanco, había gente en la cama, en el armario, había mas gente que antes, al parecer unos turistas alemanes sintieron la juerga y se auto-invitaron , estaba la vecina de al lado la única mujer valiente y divertida que tocó la puerta a ver que pasaba y alguien le sirvió un vaso de ron y se quedó con sus setenta años y un puro enorme en la boca.
A esta hora ya el Efori, el ron, y quien sabe que mas, me suelen hacer poner música de una manera así como aleatoria así que creo que estuvimos cantando a coro El gatito vinagrito y poniéndole percusión a un discurso de Fidel, hicimos secciones de Scrathc con un tocadiscos roto, Break Dance de borrachos, y pusimos
III
Todo el homenaje histérico este, la bacanal bacana, el guateque psicodélico y nuestra actitud frenética y frenopatita estaba justificada premonitoriamente como si intuyéramos que aquel pequeño apartamento se iba a convertir a partir de aquel momento en un enorme espacio de libertad, por donde desfilaría toda la farándula, los pintores sin pintura , los fotógrafos sin cámara, los escultores sin obra, los dibujantes sin perspectiva, los freakes sin vergüenza, los jineteros sin dólares, y todos aquellos bohemios desposeídos que necesitaban cuarenta metros de libertad y respiro.
Cuando pensábamos que esta vez no iban a venir llegaron las fuerzas del orden, yo creo que se estaban organizando y pidiendo refuerzos a otros municipios. De repente sonaron unos golpes en la puerta, nosotros tardábamos en abrir pues había uno con un poster de Lenin abanicando el aire para que se fuera un poco la peste a porros le siguieron tres mazazos tremendos y algo así como ¡Abran la puerta; Puesia!, alguien pregunto con voz de falsete _¿quien a dicho…?, a lo que contestaron _!Abran ya o vamos a romper la puerta y un par de caras?, como no quedaba mas remedio Remberto abrió y fue apartado de un empujón, entraron en tropel cuatro policías y una gorda enorme en bata de casa que luego resulto ser una vecina llamada Orfelina que nos juraba que la habían obligado a venir como testigo, yo creo que esta se apunto a la invasión por puro chisme y quería ver de primera mano la orgía satánico-rumbera que allí había, seguro que se había imaginado que estábamos todos encuero y llenos de sangre de un sacrificio ritual y que estábamos quemando en una hoguera una almohada con la cara de Fidel pero eso no fue en esa fiesta .
Supongo que por la cantidad de alcohol y otras cosas que nos habíamos metido teníamos mas ganas de relajo que miedo, tanto era así que Amaury siempre tan timido y modosito le soltó con desparpajo_!Pero es que no han traído los perros y los helicópteros, no le dieron un porrazo porque ellos estaban bastante asombrados tambien al vernos con esas pintas, era como un encuentro entre dos civilizaciones muy alejados en la galaxia. Luego nos hicieron sacar los carnet de identidad y los recogieron, registraron la casa y al llegar al closed lo abrieron llevándose la sorpresa de encontrar alli a siete u ocho escondidos, el policía que abrio les dijo un poco asustado ¿Que cojones hacen ustedes ahí? Y creo que fue Duarry el que le respondió, ¡Singando compañero, singando!
La verdad es que a esa hora de la mañana éramos solo doce o trece despojos de la fiesta , así que no les resulto difícil ponernos en fila india y precedidos y escoltados por estos valientes combatientes bajamos los cuatro pisos por la escalera, todavía algún gracioso se puso a canturrear bajito algún cántico pioneril como ulala, ulala, nos vamos pa´Tarará, y a mi como me toco en el centro de la comitiva y no me podían ver me dio por marchar como Charlot en la cárcel de Tiempos Modernos mientras los demás se reían.
Cuando llegamos abajo y salimos por la puerta del edificio nos quedamos pasmados al ver que habían estado deteniendo a todo el que bajaba de la fiesta y los tenían allí sentados en el suelo, y claro estaba Oscar esposado como casi siempre que se daba dos tragos pues le sentaban fatal y siempre la cagaba con gritos y locuras, se ve que cuando lo botamos de casa por pesado se puso a gritar en el medio de la calle_!mira que botarme a mi que soy un joven revolucionario internacionalista y universitario, partía de singaos,…Abajo Fidel, hijoputas, comunistas, maricones…, y allí estaba el pobre con la cara como un tambor y ya casi desmayado. Tambien estaba Magín que se puso a aplaudir cuando hicimos aparición, y tres o cuatro mas.
No recuerdo si fue Denka o una de las hermanitas pudín la que se puso a saludar con la mano a los montones de vecinos que nos observaban como si fuéramos los mercenarios de Playa Girón y un policía le bajó la mano muy despacito con la punta de la porra.
Nos metieron a todos en los carros patrulleros que eran como cuatro y cundo cerraron la puerta del mío Juan Carlos el Colombiano que estaba a mi lado le dijo a los policias con toda la pluma…Cocheros,…a palacio. Nos llevaron para la unidad policial de 11 y 4 creo, allí nos sentaron en unos bancos estrechos y muy largos, cada vez que empezábamos con los cuchicheos y las risitas un guardia pegaba un porrazo en la mesa, dicen que yo le susurraba demasiado alto a Cristina la italiana …adesso non parle niente, para que no descubrieran que era extranjera y empeorara todo.
Recuerdo que alguien le pregunto a un policía que porque nos habían traído allí y este le respondió _No se, dímelo tu. La verdad que le metimos una muela que éramos universitarios muy revolucionarios que estábamos celebrando el fin del trimestre y nuestras metas cumplidas que era nuestro deber como estudiantes y todo eso, así que como no sabían que hacer con nosotros nos pusieron una multa , no se si a todos o solo al Rembert y a mi. A Oscar lo dejaron durmiendo la mona en los calabozos al pobre, creo que después vino alguien de
Cuando salíamos por la puerta un policía muy mono y simpático el nos dijo asi…_si esta era la fiesta por un trimestre a ver si para la de la graduación no iban a tener que sacar los tanques. Ya en la calle Remberto juró que jamás volvería a hacer una fiesta en su casa mientras algunos ya estábamos preparando la matiné para el otro día.