lunes, 22 de marzo de 2010

AVENTURAS Y ...

Aventuras y sinvergüenzuras de un pionero por el comunismo.

La etapa mas bonita, inocente y divertida de mi infancia fue precisamente la mas soviètizante, yo entré a la vida por ese arco del triunfo de Moscú lleno de bolcheviques de piedra y banderas rojas que no se como se llama. Desde muy pequeño (nací en el 65) me confiaron la misión de hacer del mundo un lugar mejor y yo me lo creí totalmente.

Me lo tome tan en serio que me puse hasta un poco rubio, yo estaba tan seguro de que iba a ser cosmonauta que dejaba de ir a la escuela para ir a mirar las estrellas. Si, porque yo hice la primaria de noche, ya que necesitaban la escuela durante el día para enseñar a leer a los maestros , cuadros políticos y policías.

Todavía recuerdo con una nostalgia enorme aquella época , por ejemplo cuando trajeron a La Habana en los años setenta y pico aquella gran exposición sobre la conquista del cosmos por la Unión Soviética, Lo montaron todo en la Academia de Ciencias el antiguo y actual Capitolio de La Habana, trajeron montones de cohetes, naves espaciales, satélites, escafandras de cosmonauta, vehículos espaciales, en fin todo lo que no servia para ir al espacio. Había réplicas de la Soyuz, del Lunajov, de Lenin y hasta un premonitorio cosmonauta negro.

La réplica del Lunajov era magnifica estaba instalada en una recreación de la superficie lunar con arena, polvo y montón de piedras que se parecía realmente a la Luna, o a Alamar. El Lunajov (como me gusta el nombre, he bautizado a mi coche así) era como una gran cazuela con ruedas, estas eran como de tanque de guerra , y luego tenia unos brazos articulados que supongo que serian para recoger piedrecitas y muestras de la luna y para agarrar así, como sin querer, la bandera americana que había por allí y esconderla.

No se si la memoria me engaña pero creo que estos brazos se movían y todo, y que mi padre me escondía detrás de sus piernas como diciendo quédate aquí no vaya a ser que te agarre el bicho ese y tenga que descojonar la cazuela rusa esa para sacarte, lo cual seria un conflicto diplomático en el cual la peor parte la llevábamos nosotros. Yo la verdad me hubiera dejado llevar tragar por el aparato, tal era mi amor por todo lo soviético

Entre las cosas que vimos allí, había una sección dedicada a la alimentación de los cosmonautas en el espacio exterior, que era mas o menos igual de escasa que la que comían los soviéticos de a pie, pero envasada en unos tubos como de dentrífico, para su mejor visualización. Habían apretado unos de ellos y se veía una pasta marrón, y otras verdes o rojas que realmente parecía mierda, pero a mi en esa época me sonaba el estomago hasta cuando veía un perro atropellado, así que me dio un hambre que mi pobre abuela (a la cual trajimos para que nos dieran mas folletos, pins, chapas y/o prendedores soviéticos para mi) pensó que habían arrancado los reactores de algún cohete de los que había por ahí.

Esa tarde es como si hubiera ido al cosmos , no sentía la gravedad, me caí rodando por la escalinata del capitolio y no deje de sonreír.

Cuando llegue a mi casa iba hecho un primor, con mi uniforme de pionero tan parecido a los soviéticos, mi pañoleta , mi boina roja toda llena de pins en forma de estrellas rojas, plazas rojas, hasta las orejas las tenia rojas de emoción, todo el pecho lleno de esas chapas con lacar de Lenin, Lenin de cuerpo entero, Volodia, que era Lenin cuando era niño y nadie sabia aun la que iba a liar, Lenin pensando, dando un discurso, Lenin disecado, todo llenito de alfileres de esos que parecía un satélite ruso y entré a mi casa corriendo y gritando henchido de orgullo :

- Abuelo!!, abuelo, mira parezco soviético, soy el hombre nuevo.

Y mi abuelo que era mas reaccionario que Aznar cuando me vio, se puso colorado y bramó :

- ¿Hombre nuevo?, yo te voy a poner nuevo a ti, enano comunista de mierda, no te voy a dar un cocotazo porque me voy clavar un montón de pinchos rusos esos que llevas hasta en el culo. Pero, ¿a donde has llevado al niño? le gritó a mi padre que estaba tratando de tragarse los folletos para que mi abuelo no los viera. Tu sigue comiendo mierda que este niño a los quince años nos va a fusilar por traidores en la puerta de la casa. Habrase visto familia de comepingas.

Y en eso entra mi abuela con un gorro ruso , un montón de pegatinas y una banderita roja con la hoz y el martillo y mi abuelo que ya tenia la cara azul de ira se empieza a reír histéricamente como un loco y suelta : ! Me cago en Maximo Gorki! Mira quien llegó, la que faltaba, Valentina Teleskova, me voy de esta casa. ¡Si esto parece el Krenmlim!

Cuando crecí y me hice un adolescente nuevo, mi abuelo estaba mas viejo y mas gusano que nunca y yo, para joderlo, le decía : ¡camarada José!, ¿ cómo esta Usted hoy?

Y él me tiraba unos bastonazos así, como de swing que yo esquivaba echándome para atrás y cuando me ponía muy lejos de su alcance se sacaba la dentadura postiza y me la tiraba.

Ahora lo pienso y me avergüenzo, pero para consolarme recuerdo que a veces me sacaba a pasear (rara vez) y si no encontraba mi pantalón y digo mi pantalón, cuando en realidad era el mío y el de hermano, pues el viejo me ponía una sayita de mi hermana y ante mi negativa, alegába : venga ni que fueras tan macho, tú no eres un pionero comunista que proclama la igualdad entre sexos, además, así llevas los huevitos mas frescos con el calor que hace. Mi abuelo era un inmigrante español de origen asturiano más bruto que un burro de esos pocos que no alfabetizaron los brigadistas, y mas fascista que Franco, que digo, Franco al lado de él era la Pasionaria. Sin embargo, por cosas del destino, se ve que siendo un mocetón, se estaba beneficiando a la mujer de un falangista reconocido de su pueblo y lo pillaron como decía él, así que se tuvo que exiliar. Para ello se metió de polizonte con un montón de pobres rojos, a los perseguían para matarlos y vino a parar a La Habana, donde fue reconocido como un republicano luchador contra el nacional-catolicismo español. Se hizo el tonto con una mezcla de asco y jactancia, pues decía que la pensión que le estaban pagando se la habían robado los rojos de los palacios reales en España y era lo que llamaba el oro de Moscú, o sea el precio que le habían pagado los comunistas españoles a los rusos por el apoyo en la guerra civil.

Como ven, mi abuelo era exactamente lo contrario que yo y así nos llevábamos, que una vez mi madre lo obligó a llevarme a un acto de la escuela donde yo tenia que recitar algo sobre la patria y la revolución y el muy cabrón no espero a que yo me bajara del escenario cuando terminé y allí, delante de todos, me grito : Oye, Maiakoski, te espero en el bar !

Mi pobre abuelo se murió un primero de Mayo de 1988, de susto…pues él andaba ya un poco senil y desorientado y se asomó a la puerta en el momento en que pasaba por allí la cabeza de la manifestación por el día de los trabajadores, y claro, iban con un montón de banderas rojas, pancartas , fotos de mártires y megáfonos rugientes de consignas y vítores a la revolución y a Fidel y el pobre se cayó de espaldas.

Lo último que alcanzó a decir fue : “ ¡huyan…que los comunistas han tomado el país” !.

Mi mejor amiguito cuando era un fiñe era un negrito que se llamaba Vladimir Ilich Chacón ; ese era como yo, tenia esa pasión pro-soviética y una confianza ciega en el futuro como lo concebíamos nosotros, todos iguales, con un carro Lada , una televisor, lavadoras, radios, aire acondicionado, todo ruso y dos novias, una rusa y otra cubana. La rusa, rubia si puede ser, añadíamos. Él también quería ser “cosmonauta”, cosmunauta decía, y los demás niños se reían y le decían : ¿Como tu vas a ser “cosmunauta”, si eres negro ?

Eso y un montón de burlas crueles, todo esto era mas o menos diez años antes de que Cuba mandara un hombre al cosmos en una tripulación conjunta Cubano –Soviética, en la que merecería ir yo, si hubiera estudiado. Nuestro héroe era el Coronel Arnaldo Tamayo, dicen que desde niño era el rey de los papalotes y que se hizo piloto militar sin llegar a coger nunca el vuelo nacional Habana- Santiago. Creo que la primera vez que fue a La Habana, fue en un Mig 32. Cuando molestaban mucho a mi amigo Vladimiriche -asi le llamaban-, nos íbamos a esconder a un solar abandonado lejos de todos esos niños a los cuales les gritábamos fatalistas y autocompasivos, futuros capitalistas de mierda y esclavos del imperio, y ellos nos perseguían hasta nuestro bunker y allí resistíamos tirándole piedras cual Katiuskas en miniatura. Para nosotros esto era la batalla de St. Petersburgo y desde alli gritábamos emulando a Lenin pero en cubano : “a mi la Pinga”, “no nos rendiremos”, y practicábamos el comunismo de guerra, que era aguantar y alimentarnos de puñados de nieve (tierra en realidad) y disparar nuestros Kalashnikof de palo contra la bodega de Ramón el Nazi. Le llamábamos así porque un día nos cogió robándole un puñado de azúcar prieta, y nos sacó de allí a patadas en nuestros culitos/ futuros culos de hombres nuevos. Nunca le perdonamos, por eso de vez en cuando, llenábamos botellas de orines (cócteles molotov, les decíamos) y se las tirábamos contra la fachada de la bodega al grito de : “Viva la revolución de octubre” y Olga, la vecina, nos gritaba asustada desde su tembloroso balcón : “!Pero que hacen, si estamos todavía en abril !”

En esa época ya nos empezábamos a fijar en las niñas e intentar acercarnos en busca de roce y cariño, pues nosotros éramos comunistas, pero tontos y nos gustaban mucho las camaradas del barrio y la escuela. Yo quería una novia que tuviera un nombre ruso, como Tatiana o algo así. Y había muchas, sobretodo entre las niñas negritas o mulatícas, que era como me gustaban a mi las soviéticas. Pero nada, la que me aceptó se llamaba Petronila, como su madre y su abuela. Para mi eso no fue ningún problema, pues enseguida la empecé a llamar Petruska, hasta que un día le estaba gritando desde la calle para que bajara a jugar y la que salio fue su madre, que con los ojos tan abiertos que parecía que se le iban a salir y totalmente descompuesta, me gritaba : “Racista de mierda, blanquito desteñío, vete pal carajo que mi hija será prieta, pero es mas limpia que tu”

Precisamente, Petruska me dio mi primer beso de amor, me apretó contra su bembita tierna y gruesa como dos duraznos maduros de la tundra, yo envalentonado le dije :”camarada Petruska, me dejarías tocarte una tetíca…pero sin vicio, eh! Revolucionariamente”(los niños soviéticos de la Habana Vieja éramos muy educados) y ella me respondió haciendo ese movimiento oscilante de cabeza y hombros con las manos en la cintura tan típico de las cubanas de mi Komsomol : “Fíjate lo que te voy a decir, mijito, digo camarada, ahora estamos solo en la antesala del comunismo, ya llegará el momento de la gloria final y ese día en que todos los pueblos sean iguales y todos los hombres y mujeres podamos gozar la vida en libertad y sin la vergüenza fascista e imperialista que nos rodea, así por ahora aprende a disfrutar solo y de lo poco que tienes…” Esa noche me hice la primera paja.

Luego ya las cosas empezaron a perder la gracia, se acabaron las sardinas albanesas, y la carne rusa enlatada, el caviar de las tiendas especiales que nos subvencionaban los rusos, los dibujos animados soviéticos y los documentales se empezaban a repetir, y para colmo nunca antes algo tan grande , brillante y redondo tuvo una mancha tan horrorosa como cuando asomó la cabeza Mijail Gorvachov y fue empujando con ella tantos años de sacrificio hacia el precipicio del capitalismo salvaje.

A mi la Perestroika me salio junto con el bigote y el acné y ya yo estaba un poco maleado, quizás por el cansancio de tantos años de lucha infantil, así que lo que mas empecé a extrañar fue el vodska Limonskaya de las tiendas. Yo estaba cambiando la voz y cuando gritaba : “Hip. hip….Hurra” parecía que estaba borracho. Empezó a ennegrecerse el antiguo y rojo horizonte de mi ideología y me metí a Freake, que era la única manera que me quedaba para desarrollar mi libertad y mi individualidad. Desanimado y rebelde, empecé a ahogar la nostalgia por el cosmos con un vuelo producido por el alcohol colado, los prajos y el parkisonil.

7 comentarios:

  1. Genial,nos emocionaste muchisimo,esperamos impacientes la siguiente entrega,y no dejes de escribir!!!!!!!!

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  2. Realmente interesante,tu vida ha sido movidita.....al menos en tu imaginación, volveré a ver como continúa, me has dejado esperando.....mas!!!!!!!

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  3. interesante mi hermano,es bueno que las personas sepan lo que pasamos los cubanos y el por que de nuestra inmigracion.con el tiempo esta pagina cojera el auge que lleva y llegara a todos como la pagina de la verdad.
    un saludo y sigue escribiendo cosas como estas para que nada se quede en el olvido ni en el desconocimiento.
    quizas aparezca como anonimo,pero no lo soy .soy ache
    un hermano cubano

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  4. Tu abuelo era un personaje... ya veo que de casta le viene al galgo. Me has hecho reír muchísimo. :D

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  5. paradojicas,bromistas,picardiosas,pero llenas de verdad.hoy continue leyendo todo lo que me faltaba y bastante que me rei y trate de recordar cosas que de verdad se van olvidando.

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  6. Me he reido como una boba, tus historias no tienen precio (ni gandinga!) :))

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  7. las camisas esas bacanas, eran de tu abuelo o de tu papa?

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